
Todo eso se potencia cuando hablamos de modelos clásicos, especialmente de modelos aparecidos durante los años 60, una de las mejores épocas en cuanto a diseño, con coches realmente espectaculares, y también en cuanto a éxitos deportivos para según que marcas. De las mejores décadas para el automóvil.
Durante esa década, Ferrari lanzó autenticas joyas deportivas con las que tuvieron sus más y sus menos con la
Con este modelo, Ferrari también tuvo ciertos roces con los responsable del automovilismo internacional por los mismos motivos que con los anteriores. Pero para saber que ocurrió, primero tenemos que saber porque apareció el Ferrari 275 GTB Competizione Speciale y para ello, tenemos que viajar hasta el París motor Show de 1.964.



El constructor afincado en Maranello había lanzado por aquel entonces el Ferrari 275 GTB, modelo destinado a su uso por vías públicas y que ocultaba bajo el largo capó delantero el típico V12 italiano y que llegó para ocupar el hueco dejado por la serie 250 de Ferrari. Una familia histórica y realmente exitosa en todos sus aspectos. Como aquellos, era un coche con ingeniería de carreras que incluía suspensiones independientes, frenos de disco en las cuatro ruedas, cambio de cinco relaciones en posición transaxle completamente sincronizado y carrocería de aleación de aluminio.
Tras la denegación de homologación para el Ferrari 250 LM, se le ordeno a Mauro Forghieri que modificara el modelo de calle para convertirlo en un coche de carreras. Tras la orden se crearon tres unidades que recibieron el nombre de Ferrari 275 GTB Competizione Speciale, o 275 GTB/C Speciale. Para muchos, era el autentico descendiente del Ferrari 250 GTO, tanto por estética como por planteamiento. Además, contaba con otras características que lo diferenciaba quizá demasiado, del 275 GTB de calle, como la reducción del tamaño total en un 10%, las ventanillas de plexiglas o lo delgado de su chapa de aluminio, super fácil de abollar con solo apoyarse.
Tenía el mismo V12 de 3.285 centímetros cúbicos del 250 LM, con sus 300 CV a 7.600 rpm y 255 Nm de par a 5.500 rpm, aunque los rumores dicen que realmente son muchos más lo caballos disponibles y que esa cifra era solo para la homologación.

Supuso un coche tan parecido al Ferrari 250 GTO, que nuevamente, tras el fiasco con el 250 LM, la
Finalmente, la FIA accedió y terminó homologando el Ferrari 275 GTB/C Speciale para la categoría GT a mitad de temporada, aunque se le exigió un lastre que elevo el peso hasta las 2.156 libras, uno ridículos 978 kilos aproximadamente.
De los tres coches que se construyeron, todos completamente a mano, dos de ellos participaron en competiciones, el otro, el chasis número 06701, se empleó para pruebas aunque se vendió antes de que el coche fuera homologado para la categoría GT. Y si, es el de las fotos.

El primer propietario era un hombre de negocios quien empleó el coche, que estaba homologado para circular por vías públicas, para competir en algún que otro campeonato, vendiéndoselo después a una persona que lo tuvo en su poder durante 25 años.
Tras esto, pasó a menos del coleccionista de Ferrari, Brandon Wang, quien se lo llevó a diversos eventos como Goodwood y quien terminó estrellándolo en 1.997. Durante la reparación se decidió restaurarlo por completo y se le instalaron unas entradas de aire en el frontal como las usadas en el Ferrari 250 GTO para paliar los problemas de refrigeración. Es el único de los tres Ferrari 275 GTB Competizione Speciale que las lleva, aunque se sabe que existieron en la configuración inicial.
Hay que decir que después de la creación de estas tres unidades se construyeron veintidós Ferrari 275 GTB/C para competición, mucho más parecidos al coche de calle y que aprovecharon todas las cosas aprendidas con estos 275 "Speciale".
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